“We are skateboarders because we want to live a life wich is good and awesome.”
Dentro del Valle de las Mil Colinas en Durban, Sudáfrica, existe un grupo de jóvenes que practican skateboarding en un half-pipe y un pequeño bowl y su motivación llamó la atención de una de las entidades más grandes de ciencia, exploración y aventura.
Por supuesto estamos hablando de National Geographic, quienes decidieron acercarse a estos niños para contar su historia a través de un cortometraje, pero antes de verlo quiero introducirlos a su historia.
Estos jóvenes skaters forman parte de Indigo Skate Camp, un movimiento que surgió con el fin de cambiar la vida rural en Sudáfrica al promover deportes como el skateboarding. En un principio, el proyecto se desarrolló gracias a la contribución de participantes urbanos que creían en el campamento y afortunadamente hoy, Indigo Skate Camp ya cuenta con un programa de embajadores turísticos y más de 35 jóvenes que participan en él.

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El campamento ha logrado un entorno de skate sostenible para los jóvenes vulnerables que hay en esa zona rural Sudáfrica, con el que busca capacitar a los aldeanos locales para que aprendan y crezcan a través del leguaje de skateboarding.
Es así que un gran ejemplo de que Indigo Skate Camp realmente está cambiando la vida rural en Sudáfrica es Andile Msomi, uno de los niños más apacionados que Nat Geo encontró durante la filmación del cortometraje y quien describe al skate y al movimiento del campamento como algo muy importante para toda la comunidad, especialmente para los niños.
Este documental dirigido por Jess Colquhoun sigue a Andile y sus amigos hasta su primera competencia de skate donde lo más importante no es ganar, sino disfrutar el paseo.
¡Enjoy!